Operación bikini: ¡prepara tu cuerpo con el jabón negro!

Usado tradicionalmente en la cosmética oriental, el jabón negro es un producto 100% natural originario de Marruecos. Su composición es la combinación de aceite de oliva y aceltunas negras trituradas, si bien es preferible optar por un jabón negro ecológico con el fin de evitar cualquler aditivo añadido, que pueda ser nocivo para la piel o el entorno.

Ha sido empleado durante muchos años en el hammam para preparar la piel antes de una exfollación. Hoy en día, somos muchos los que lo usamos en nuestro baño y así preparar nuestra silueta para el verano (jincluso si su uso se recomienda durante todo el año!).

¿Qué es el jabón negro?

Se trata de una pasta exfoliante vegetal de textura untuosa y ligeramente aceitosa, sin granos. Su color depende del aceite usado en su formulación, en general entre marrón, negro y verde oscuro. Con el contacto del agua, el jabón negro se vuelve cremoso pero no hace espuma, o poca.

¿Por qué usar el jabón negro?

El jabón negro es un pequeño tesoro, ¡sea cual sea el tipo de piel! Posee numerosas propiedades muy recomendadas para la piel: hidratantes, nutritivas, exfoliantes y suavizantes. ¿Qué más pedir? La exfoliación con el jabón negro es muy suave gracias a su acción calmante, ¡hasta con las pieles más sensibles! Es la solución perfecta para regenerar las células, obteniendo una piel más bella, firme y suave.

¿Cómo usar el jabón negro?

A menudo asociamos el jabón negro con sus orígenes, por lo que, erróneamente, creemos que para poder usarlo hay que ir al hammam… Afortunadamente, ¡no es el caso! Sólo es necesario tener un baño, un jabón negro natural (preferiblemente BIO) y un guante granulado de tela Kessa (o bien una esponja vegetal) Primero tendrás que humedecer tu cuerpo; se recomienda usar agua caliente con el fin de recrear el ambiente del hammam y abrir los poros. Posteriormente, aplica suavemente el jabón negro y espera unos minutos. Coge tu guante exfoliante y frota tu cuerpo para eliminar todas las células muertas que se encuentran en la superficie de tu piel. Insiste en las zonas más rugosas. A continuación, aclara tu cuerpo con agua tibia. ¡Y ya estál Se habrán eliminado todas las imperfecciones y tu piel estará más lisa y muy suave al tacto, preparada para recibir el cuidado ecológico posterior.

Al igual que tras cualquier exfoliación, no olvides la importancia de hidratar correctamente tu piel con productos bio o aceites vegetales puros certificados.

También puedes usar el jabón en la cara, evitando el contorno de ojos y labios, y sin usar el guante exfoliante, ya que la piel del rostro es más fina y sensible.

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